Cuidado con guerras internas.

II Sam. 2:8-32

Triste es cuando la gente pelea por conseguir algo material, sin buscar previamente la voluntad de Dios, las guerras desde el principio ha traido consigo mucho dolor, destruccion y muertes, gente inocente ha muerto sigue muriendo y moriran por causa de algunas personas que son crotolados por la ambision u otro motivo.

A la muerte de Saul un hombre llamado Abner general del Ejercito de Saul motivado por que se que, movido por que sabe que hace como rey a un hijo de SAul que aun quedaba vivo.

Recordemos que DAvid es el rey reconocido en Juda y nada mas... en cambio este hijo Saul es puesto como rey en varias ciudades.

Creo que esto no le molestaba a David, bueno David tenia lo suyo y el hijo de Saul tenia lo suyo, el problema esta en que los jefes de los ejercitos de ambos deciden pelear entre ellos, y la batalla empieza y el ejercito de DAvid pudo mas que el ejercito de Saul, es curioso ver esto porque , ISRAEL ESTA PELEANDO CONTRA ISRAEL. este mismo problema lo podemos notar muy claramente en nuestras iglesias, nuestros equipos, nuestras familias.

No se que se nos viene a la mente para dar campo al enemigo para campo al enemigo para usarnos y pelear encontra de neustra misma gente, cuantas iglesias no estan creciendo no por falta de liderazgo, no por falta de planificacion pero si estan fracasando porque hay hermanos luchando unso contra otras, hay gente luchando contra su pastor, hay pastores luchando contra su gente, esto no puede seguir asi.

Durante toda esta pelea entre Israel y Juda, mueren de Israel como 370 hombres y de Juda 20.
Hoy en dia cuanta gente muere en nuestras iglesias por peleas internas que tenemos, gente nueva que aun no conoce a Cristo las condenamos antes de que ellos hayan tomado un decicion de Seguir a Cristo, tengamos cuidado de no ser el fuego, la motivacion, de encender peleas y fuegos que terminaran dañando el nombre de Cristo.

Termina el capitulo 2 y dice que los siervos de David toman a un hermano muy querido para ellos y lo sepultan porque habia sido muerto por el "enemigo".